viernes, 31 de enero de 2014

Aumentan las muertes de pingüinos por el cambio climático/Climate change increases the deaths of penguins


El cambio climático está matando a los polluelos de la mayor colonia de pingüinos de Magallanes del mundo, no sólo indirectamente al privarlos de alimentos, como se ha documentado en varias ocasiones para estas y otras aves marinas, sino también de manera directa como consecuencia de las lluvias torrenciales o del calor extremo.
Demasiado grande para que los padres lo protejan sentándose encima, pero aún demasiado joven para tener plumas impermeables, los peludos polluelos de pingüino de Magallanes expuestos a una lluvia torrencial pueden morir de hipotermia, a pesar de los esfuerzos de sus dedicados padres. Y durante el calor extremo, los polluelos no impermeabilizados no pueden darse un refrescante chapuzón como hacen los pingüinos adultos.
Varios grupos de investigación han publicado sus conclusiones acerca de las consecuencias sobre la reproducción, de las tormentas aisladas o de las olas de calor, eventos ambos que, tomados individualmente, no pueden ser vinculados al cambio climático. Los nuevos resultados abarcan 27 años de datos recogidos en Argentina bajo la dirección de Dee Boersma, profesora de biología en la Universidad de Washington, y han sido publicados en el número del 29 de enero de PLOS ONE.
Según Boersma, "Es el primer estudio a largo plazo que demuestra que el cambio climático tiene un importante impacto en la supervivencia de los polluelos y en el éxito reproductivo". El trabajo de campo se ha llevado a cabo desde 1983 en el área de cría más importante del mundo para los pingüinos de Magallanes en Punta Tombo, en el medio aproximadamente de la costa atlántica argentina, en donde, de septiembre a febrero, residen 200.000 parejas para tener a sus crías.
Durante estos 27 años y como promedio, murió un 65 por ciento de los polluelos, con alrededor del 40 por ciento a causa de la inanición. El cambio climático, una causa de muerte relativamente nueva, mató un promedio de un 7 por ciento de polluelos por año, pero hubo años en que esta fue la causa más común de muerte, alcanzando hasta un 43 o un 50% por ciento.
Según Boersma, es probable que con el cambio climático, el hambre y el tiempo interactúen cada vez más :"los polluelos hambrientos son más propensos a morir en una tormenta. No hay mucho que podamos hacer para mitigar el cambio climático, pero se podrían tomar medidas para asegurar que la mayor colonia de pingüinos de Magallanes de la Tierra tiene suficiente para comer, a través de la creación de una reserva marina protegida, con regulaciones en materia de pesca, donde los pingüinos se alimentan mientras sacan adelante a los polluelos ".
Las precipitaciones y el número de tormentas en temporada de cría han aumentado en el área de estudio argentina, ha comentado Ginger Rebstock, científico investigador de la UW y co-autor del artículo. Por ejemplo, entre 1983 y 2010 ha aumentado el número de tormentas que tienen lugar durante las dos primeras semanas de diciembre, cuando los polluelos tienen menos de 25 días y son más vulnerables a los temporales: “si, como predicen los meteorólogos, el cambio climático origina tormentas más grandes y más frecuentes en tiempos de vulnerabilidad durante la estación de cría, habrá años en los que casi no sobrevivan polluelos”.
Los pingüinos de Magallanes son de mediano tamaño, miden alrededor de 37 cm de alto (15 pulgadas) y pesan unos 5 kilos. Los machos de la especie parecen burros rebuznando cuando vocalizan. De las 17 especies de pingüinos, 10 incluyendo la de Magallanes, crían donde no hay nieve, el tiempo es relativamente seco y las temperaturas son moderadas.
Punta Tombo es tan árida que solo tiene una media de 100 milímetros de lluvia durante los seis meses de la temporada de cría y a veces, no llueva en absoluto. La lluvia es un problema y mata a los polluelos empapados de entre 9 y 23 días, si no se secan y calientan después de las fuertes tormentas de noviembre y diciembre, cuando las temperaturas pueden bajar. Cuando alcanzan los 25 días o más, la mayoría tiene suficiente plumaje juvenil para protegerlos. Si los polluelos mueren, sus padres no ponen huevos adicionales durante esa temporada.
Los resultados del estudio se basan en la información meteorológica, recogida en el aeropuerto regional y en el campo por los investigadores, así como en los recuentos de pingüinos. Durante la época de reproducción, los investigadores visitan los nidos una vez o dos veces al día para ver que está sucediendo y anotar lo que hay en el nido, a menudo teniendo que perseguir a los pollitos por lo alrededores cuando comienzan a crecer. Cuando los polluelos desaparecen o son encontrados muertos, los investigadores se convierten en detectives en busca de evidencias de hambre, depredadores u otras causas de muerte, como ser picoteado o golpeado por otros pingüinos.
Recién vuelta de pasar dos meses sobre el terreno, Boersma ha comentado que esta temporada el calor ha matado más polluelos que las tormentas. Esta variabilidad interanual es la razón por la cual el número de polluelos que mueren cada año a causa del cambio climático, no es una cifra constante y creciente. Sin embargo, con el tiempo los investigadores esperan que el cambio climático sea una causa cada vez más importante de muerte entre los polluelos.
Otra causa de aumento de muertes atribuible al cambio climático, según Boersma, es que cada año los pingüinos llegan a las zonas de reproducción más tarde, probablemente debido a que el pescado que comen también está llegando más tarde. Cuanto más tarde en el año eclosionen los huevos, más probable es que se encuentren aún en una etapa desprotegida cuando lleguen las tormentas típicas de noviembre y diciembre.
Además de en la costa de Argentina, los pingüinos de Magallanes también se reproducen en el lado chileno de América del Sur y en las islas Malvinas (Falkland), unas áreas de reproducción que comparten con otros 60 especies de aves marinas. Estas especies son también propensas a sufrir los efectos negativos del cambio climático, perdiendo, al igual que los pingüinos, generaciones enteras en esas zonas.
"El aumento de las tormentas es un mal presagio no solo para los pingüinos de Magallanes, sino también para muchas otras especies”.
Causas de muerte de polluelos de pingüinos de Magallanes/Causes of death of Magellanic penguin chicks
Climate change is killing penguin chicks from the world's largest colony of Magellanic penguins, not just indirectly -- by depriving them of food, as has been repeatedly documented for these and other seabirds -- but directly as a result of drenching rainstorms and, at other times, heat.
Too big for parents to sit over protectively, but still too young to have grown waterproof feathers, downy penguin chicks exposed to drenching rain can struggle and die of hypothermia in spite of the best efforts of their concerned parents. And during extreme heat, chicks without waterproofing can't take a dip in cooling waters as adults can.
Various research groups have published findings on the reproductive repercussions from single storms or heat waves, events that individually are impossible to tie to climate change. The new results span 27 years of data collected in Argentina under the direction of Dee Boersma, UW biology professorand have been published in the Jan. 29 issue of PLOS ONE.
"It's the first long-term study to show climate change having a major impact on chick survival and reproductive success," said Boersma, who has led field work since 1983 at the world's largest breeding area for Magellanic penguins, about halfway up the Atlantic coast of Argentina at Punta Tombo, where 200,000 pairs reside from September through February to have their young.
During a span of 27 years, an average of 65 percent of chicks died per year, with some 40 percent starving. Climate change, a relatively new cause of chick death, killed an average of 7 percent of chicks per year, but there were years when it was the most common cause of death, killing 43 percent of all chicks one year and fully half in another.
Starvation and weather will likely interact increasingly as climate changes, Boersma said."Starving chicks are more likely to die in a storm," she said. "There may not be much we can do to mitigate climate change, but steps could be taken to make sure the Earth's largest colony of Magellanic penguins have enough to eat by creating a marine protected reserve, with regulations on fishing, where penguins forage while raising small chicks."
Rainfall and the number of storms per breeding season have already increased at the Argentine study site, said Ginger Rebstock, UW research scientist and the co-author of the paper. For instance in the first two weeks of December, when all chicks are less than 25 days old and most vulnerable to storm death, the number of storms increased between 1983 and 2010: "We're going to see years where almost no chicks survive if climate change makes storms bigger and more frequent during vulnerable times of the breeding season as climatologists predict”.
Magellanics are medium-sized penguins standing about 15 inches tall and weighing about 10 pounds. Males of the species sound like braying donkeys when they vocalize. Of the Earth's 17 species of penguins, 10 -- including Magellanics -- breed where there is no snow, it is relatively dry and temperatures can be temperate.
Punta Tombo is so arid that it gets an average of only 4 inches (100 mm) of rain during the six-month breeding season and, sometimes, no rain falls at all. Rain is a problem and kills down-covered chicks ages 9 to 23 days if they can't warm up and dry off after heavy storms in November and December when temperatures are likely to dip. If chicks can live 25 days or more, most have enough juvenile plumage to protect them. Once chicks die, parents do not lay additional eggs that season.
The findings are based on weather information, collected at the regional airport and by researchers in the field, as well as from penguin counts. During the breeding season researchers visit nests once or twice a day to see what is happening and record the contents of the nest, often hunting for chicks when they move around as they get older. When chicks disappear or are found dead, the researchers turn into detectives looking for evidence of starvation, predators or other causes of death such as being pecked or beaten by other penguins.
Just back from two months in the field, Boersma said heat this season took a greater toll on chicks than storms. Such variability between years is the reason why the number of chicks dying from climate change is not a tidy, ever-increasing figure each year. Over time, however, the researchers expect climate change will be an increasingly important cause of death.
Also contributing to increasing deaths from climate change is the fact that, over 27 years, penguin parents have arrived to the breeding site later and later in the year, probably because the fish they eat also are arriving later, Boersma said. The later in the year chicks hatch the more likely they'll still be in their down-covered stage when storms typically pick up in November and December.
Besides the coast of Argentina, Magellanic penguins also breed on the Chile-side of South America and in the Falkand (Malvinas) Islands, breeding ranges they share with some 60 other seabird species. These species also are likely to suffer negative impacts from climate change, losing whole generations as the penguins have in the study area, the co-authors say.
"Increasing storminess bodes ill not only for Magellanic penguins but for many other species," they write.

Tomado de /Taken from University of Washington


Climate Change Increases Reproductive Failure in Magellanic Penguins
P. Dee Boersma, G.A. Rebstock
Published: January 29, 2014; DOI: 10.1371/journal.pone.0085602
Abstract
Climate change is causing more frequent and intense storms, and climate models predict this trend will continue, potentially affecting wildlife populations. Since 1960 the number of days with >20 mm of rain increased near Punta Tombo, Argentina. Between 1983 and 2010 we followed 3496 known-age Magellanic penguin (Spheniscus magellanicus) chicks at Punta Tombo to determine how weather impacted their survival. In two years, rain was the most common cause of death killing 50% and 43% of chicks. In 26 years starvation killed the most chicks. Starvation and predation were present in all years. Chicks died in storms in 13 of 28 years and in 16 of 233 storms. Storm mortality was additive; there was no relationship between the number of chicks killed in storms and the numbers that starved (P = 0.75) or that were eaten (P = 0.39). However, when more chicks died in storms, fewer chicks fledged (P = 0.05, R2 = 0.14). More chicks died when rainfall was higher and air temperature lower. Most chicks died from storms when they were 9–23 days old; the oldest chick killed in a storm was 41 days old. Storms with heavier rainfall killed older chicks as well as more chicks. Chicks up to 70 days old were killed by heat. Burrow nests mitigated storm mortality (N = 1063). The age span of chicks in the colony at any given time increased because the synchrony of egg laying decreased since 1983, lengthening the time when chicks are vulnerable to storms. Climate change that increases the frequency and intensity of storms results in more reproductive failure of Magellanic penguins, a pattern likely to apply to many species breeding in the region. Climate variability has already lowered reproductive success of Magellanic penguins and is likely undermining the resilience of many other species.

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