Como se puede ver en la Figura de arriba, durante la segunda mitad del siglo XX algunas zonas del océano (en rojo) se hicieron más salinas mientras que otras (en azul) se hicieron más dulces, al aumentar la cantidad de agua que se evapora desde la superficie y cae en forma de lluvia.
La culpa podría ser del calentamiento del planeta. Las simulaciones llevadas a cabo en un estudio publicado en Science (27 de Abril) por Durack y col. sugieren que la evaporación y las precipitaciones aumentaron un 4 por ciento al aumentar medio grado centígrado la temperatura de la superficie. El aumento provocado es mayor del que que preveían anteriores estudios, pero encaja con la idea de que una atmósfera más cálida puede retener más humedad.
"Vemos grandes patrones generales de cambio", dice Paul Durack, oceanógrafo del Laboratorio Nacional Lawrence Livermore en California. "Las regiones en las que predominó la evaporación se hicieron más saladas, mientras que las regiones en los que predominó la lluvia el agua se hizo más dulce".
La medida de estos cambios globales en la evaporación y el ciclo de la lluvia en la Tierra, nunca ha sido fácil. Los pluviómetros terrestres o marinos suelen ser escasos y no siempre se conoce su posición exacta en décadas pasadas.
Según William Ingram, físico atmosférico en el Met Office Hadley Centre en Exeter y la Universidad de Oxford en Inglaterra, "la comparación de momentos diferentes momentos es difícil ya que tenemos más y mejores datos para los últimos tiempos.”. Según este mismo experto, la salinidad del océano proporciona una formar bastante estable y fiable para medir la cantidad de agua que entra y sale del mismo. Las pequeñas fluctuaciones que se producen en la evaporación y la precipitación, tienden a ser suavizadas con el tiempo, permitiendo así los científicos encontrar tendencias a largo plazo.
El equipo de Durack analizó 1,7 millones de medidas de salinidad realizadas desde barcos durante la segunda mitad del siglo XX. Otros investigadores ya habían visto patrones de cambio en estos datos, pero Durack y sus colaboradores and reforzado la imagen. Una red de boyas autónomas desplegadas en el siglo XXI ha ayudado a rellenar los vacíos en el registro, sobre todo en latitudes altas, en las que las tormentas invernales impiden entrar a los barcos.
Mientras que el aumento de los niveles de gases con efecto invernadero continúe calentando la Tierra, el ciclo del agua será más rápido. Se estima que cada grado extra aumentará un 8 por ciento la cantidad de agua movida.
Y lo que ocurre en los océanos no se queda en los océanos. El ciclo que tiene lugar sobre el agua se extiende sobre la tierra. Según Durack, las zonas del mundo áridas, como Australia, serán probablemente más secas en el futuro, mientras que los lugares húmedos serán más húmedos.
As it can be seen in the first Figure, over the second half of the 20th century, parts of the world’s ocean became saltier (red) and parts became fresher (blue) as the amount of water evaporating from the surface and falling as rain increased.
A warming planet may to blame. Simulations in the new study published by Durack et col. in Science suggest evaporation and rainfall got a 4 percent boost as surface temperatures rose half a degree Celsius. That boost is a bigger change than previous studies had suggested, but fits with the idea that a warmer atmosphere can hold more moisture.
“We see big broad patterns of change,” says Paul Durack, an oceanographer at the Lawrence Livermore National Laboratory in California. “Regions dominated by evaporation became saltier, while regions dominated by rainfall became fresher.”
Measuring such global changes in Earth’s evaporation and rain cycle has never been easy. Rain gauges on land or at sea tend to be sparsely distributed, and the exact positions of such instruments decades ago isn’t always known.
“Comparing different times gets difficult because you typically have more and better data for the later times,” says William Ingram, an atmospheric physicist at the Met Office Hadley Centre in Exeter and the University of Oxford in England. Ocean salinity provides a fairly stable, reliable way to measure how much water goes up and comes down, says Ingram. Small fluctuations in evaporation and rainfall tend to get smoothed out over time, helping scientists to tease out long-term trends.
Durack’s team analyzed 1.7 million salinity measurements made by ships during the second half of the 20th century. Other researchers had already seen patterns of change in these data, but Durack and his colleagues sharpened the picture. A network of autonomous buoys deployed in the 21st century helped to fill in gaps in the record, particularly in high latitudes where winter storms keep ships away.
As rising greenhouse gas levels continue to warm Earth, the water cycle will churn even harder. Every extra degree is estimated to increase the amount of water moving around by 8 percent.
And what happens in the oceans doesn’t stay in the oceans. The cycle that occurs over water extends over land as well. Dry lands across the globe — Australia, for instance — will probably get drier in the future, as wet places get even wetter, says Durack.
Tomado de/Taken from Science News
La Figura central está tomada del material suplementario libre/Central Figure taken from the free Supplementary material
Resumen de la publicación/Abstract del paper
Paul J. Durack, Susan E. Wijffels and Richard J. Matear
Ocean salinities reveal strong global water cycle intensification during 1950 to 2000, Science, 336, 455-458 (2012)
DOI: 10.1126/science.1212222
Abstract
Fundamental thermodynamics and climate models suggest that dry regions will become drier and wet regions will become wetter in response to warming. Efforts to detect this long-term response in sparse surface observations of rainfall and evaporation remain ambiguous. We show that ocean salinity patterns express an identifiable fingerprint of an intensifying water cycle. Our 50-year observed global surface salinity changes, combined with changes from global climate models, present robust evidence of an intensified global water cycle at a rate of 8 ± 5% per degree of surface warming. This rate is double the response projected by current-generation climate models and suggests that a substantial (16 to 24%) intensification of the global water cycle will occur in a future 2° to 3° warmer world.
No hay comentarios:
Publicar un comentario