Cada hora, una cantidad enorme y variada de sustancias químicas artificiales, llegan al final de us vida útil y llegan a las plantas depuradoras de aguas residuales. Sin embargo, estas enormes instalaciones de tratamiento a grtan escala, están diseñadas únicamente para eliminar nutrientes, sólidos y residuos humanos consumidores de oxígeno, y no para la multitud de productos químicos de uso casero, institucional, comercial e industrial.
¿Qué les sucede entonces a estos productos químicos, algunos de los cuales pueden ser tóxicos para los seres humanos y el medioambiente? ¿Son destruidos durante el tratamiento de aguas residuales o pasan al medioambiente con consecuencias desconocidas?
Las investigaciones de Rolf Halden y sus colegas del Instituto de Biodiseño de la Universidad Estatal de Arizona, sugieren que parte de los productos químicos de Elevado Volumen de Producción (HPV) en los E.E.U.U., quedan probablemente secuestrados en los lodos originados en el tratamiento y que se incorporan al medioambiente cuando estos denominados biosólidos se depositan en el terreno.
Los productos químicos retenidos en los lodos de las depuradoras son potencialmente peligrosos porque a menudo se utilizan como abono en tierras de uso agrícola. El grupo de Halden siguió 207 productos químicos HPV, usando un modelo que predijo que dos tercios de dichos compuestos pueden acumular en los lodos hasta un cincuenta por ciento de su contenido inicial en las aguas residuales crudas. Once de estos productos químicos fueron señalados como compuestos de especialmente preocupantes considerados potencialmente peligrosos para los seres humano y la salud medioambiental.
La mayor parte de los productos químicos incluidos en el estudio eran de origen industrial e incluía antidegradantes, antioxidantes, quelatantes de metales, productos intermedios, subproductos, catalizadores, ignífugos, compuestos fenólicos, plastificantes, almacenadores y conductores de calor, lubricantes, disolventes, agentes anticorrosivos y otros. El estudio también identificó cinco productos químicos usados como saborizantes y fragancias que también podían persistir en los lodos en porcentajes del cincuenta por ciento o más, respecto de su contenido inicial en las aguas residuales.
Una vez identificados los productos persistentes, se determinó su toxicidad. Las sustancias con elevados niveles de persistencia y alta toxicidad ambiental entraron en la lista de productos químicos enemigos que plantean el mayor riesgo potencial. Entre los más tóxicos están los compuestos denominados organohalogenados, siete de los cuales se acumulan de forma substancial en los lodos tienen vidas medias en suelos que van desde 120 a 360 días.
Quizás la mayopr preocupación son los organobromados, ingredientes de una gran gama de productos ignífugos, que se han identificado posteriormente en tejidos de aves, en lagunas de puesta de gaviotas y en muestras del polvo. Halden insiste en que una mejor supervisión de esos productos químicos resulta esencial para entender su recorrido y disminuir los riesgos para la salud humana y el medioambiente.
Every hour, an enormous quantity and variety of human-made chemicals, having reached the end of their useful lifespan, flood into wastewater treatment plants. These large-scale processing facilities, however, are designed only to remove nutrients, turbidity and oxygen-depleting human waste, and not the multitude of chemicals put to residential, institutional, commercial and industrial use.
So what happens to these chemicals, some of which may be toxic to humans and the environment? Do they get destroyed during wastewater treatment or do they wind up in the environment with unknown consequences?
The research by Rolf Halden and colleagues at the Biodesign Institute at Arizona State University seeks to address such questions, suggesting that a number of high production volume (HPV) chemicals produced in U.S.A., are likely to become sequestered in post-treatment sludge and from there, enter the environment when these so-called biosolids are deposited on land.
Chemicals which become sequestered in digested sewage sludge are potentially hazardous because they are often subsequently applied to land of agricultural use as nutrients. Halden's group screened some 207 HPV chemicals, using a model that predicted that two thirds of these compounds are likely to accumulate in digested sludge to greater than fifty percent of their initial mass loading in raw sewage. Eleven of these chemicals were flagged as compounds of special concern and deemed potential hazards to human and environmental health.
The bulk of the chemicals included in the HPV study were used for industrial purposes and included antidegradants, antioxidants, metal chelators, intermediates, by-products, catalysts, flame retardants, phenylating agents, plasticizers, heat storage and transfer agents, lubricants, solvents, anticorrosive agents, and others. The study also identified five mass-produced chemicals used as flavors and fragrances that were predicted to persist in sludge in fifty percent or greater amounts of their initial mass loading in raw sewage.
Once chemicals likely to persist in sludge were identified, estimates of their toxicity were examined. Those with high persistence levels and high environmental toxicity made the enemies list of chemicals posing the greatest potential hazard. Prominent among the toxic chemicals were the so-called organohalogen compounds, seven of which were found to accumulate in substantial quantity in treated sludge and displayed half-lives in soil estimated to range from 120 to 360 days.
Perhaps of greatest concern are halogenated chemicals known as organobromines -- popular ingredients in a range of flame retardant products, which have subsequently been identified in bird tissues,in egg pools of herring gulls,and in dust samples. Halden insists that better monitoring of just such chemicals is essential for understanding their trajectory and mitigating risks to human health and the environment.
Tomado de/Taken from Science Daily
1 comentario:
Tenemos un cierto conocimiento sobre los efectos de la contaminación sobre los organismos vivos. Pero apenas conocemos los efectos sobre los ecosistemas formados por bacterias y otros organismos unicelulares, y sobre los que recaen en buena medida, los procesos de degradación de los contaminantes y los que permiten la autoregulación de los ecosistemas.
Se introducen con demasiada ligereza en los ecosistemas elementos ajenos a ellos y que tienen un efecto mariposa potencial.
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